Biblioteca de cosas: una idea alternativa en el campo del compartir. De hecho, no son los libros los que se catalogan y se presentan, sino los objetos. Allí puedes encontrar instrumentos musicales, herramientas, herramientas deportivas o de bricolaje. Pero también juegos, artículos para jardinería y camping, utensilios de cocina, adornos para fiestas …¡hay para todos los gustos!
La única condición para acceder al préstamo es ser mayor de edad y estar registrado. Las bibliotecas de cosas están ahora muy extendidas por todo el mundo: De Inglaterra a Australia, De Alemania a los Estados Unidos. Italia también está presente en el llamamiento, que cuenta con 3 bibliotecas: Zero tiene su sede en Palermo, Oggettoteca en Florencia y Leila en Bolonia. Estos lugares, además de tener el encanto ligeramente romántico de una librería, también son un ejemplo virtuoso de economía circular y sostenibilidad. Cuántas veces nos encontramos comprando un objeto para usarlo ocasionalmente, quizás sólo una vez, y luego lo dejamos abandonado en algún cajón o lo tiramos la primera vez que lo usamos. Sin embargo, al utilizar este servicio, puede compartir y tomar prestados objetos si es necesario.
Su misión, de hecho, permite evitar el desprecio de plásticos y materiales permite su reutilización, reciclaje y permite a los usuarios ahorrar en compras innecesarias. Además, también son portavoz de una cultura de compartir, que es muy positiva a nivel social. Compartir es mejor que poseer todo a toda costa. Desde este punto de vista, cabe destacar la función que realiza la Oggetoteca en Florencia, vinculada a la organización sin ánimo de lucro que apoya a los niños con discapacidad.
Peter Paul Huayta Robles