La pandemia y el consiguiente Lockdown han tenido efectos desastrosos a nivel social y económico. Alguien, sin embargo, parece haberse beneficiado de ello: la vida silvestre. La ausencia del hombre, de hecho, ha sido positiva para algunas especies, que han sabido recuperar la posesión de sus espacios.
Estos curiosos efectos de las restricciones debidas a la pandemia fueron destacados por un estudio de la Universidad estatal de Milán publicado en la revista “Biological Conservation”. La investigación se realizó cruzando las observaciones de animales en ambientes inusuales reportados por medios y redes sociales, datos de monitoreo y en cuestionarios distribuidos a los administradores de los parques italianos.
En particular, se descubrió que algunos animales como los sapos y las ranas pudieran llegar a manera segura a los estanques y lagos para reproducirse, mientras que en los últimos años muchos de ellos murieron al ser golpeados en las carreteras. También aves como el fratino y el rondone se han beneficiado de la cuarentena, pudiendo disponer de una mayor cantidad de alimentos y la posibilidad de reproducirse sin ser molestadas.
Desafortunadamente, sin embargo, también se ha producido la propagación de especies exóticas e invasoras, como él minilepre, una especie originaria de América del Norte, introducida en Italia con fines de casa en la década de 1960, que, desde la noche, se ha vuelto activa incluso durante el día. Esto puede conducir a una mayor propagación en detrimento de las liebres nativas, tanto por la competencia en el territorio y los recursos, como por la transmisión de patógenos. Debido al menor control en las áreas naturales, hasta el 44% de los parques nacionales y regionales involucrados en la investigación corren el riesgo de no contener especies invasoras. Pero también destacó las dificultades para proteger especies en peligro de extinción, con las actividades de caza furtiva. El mismo escenario ocurrió en los parques africanos y asiáticos.
Peter Paul Huayta Robles